lunes, 20 de diciembre de 2010

Teatro San Martin "Señorita y madame" visto por Tomas Jurado Zabala, critico teatral venezolano


Señorita y madame
Tomas Jurado Zabala


La segunda obra: “Señorita y madame”, puesta por el Teatro San Martín, con la  dirección de Luis Domingo González,  por el contrario se nos presenta en un humor refinado e inteligente que no nos hace reír, pero sí nos hace pensar; que, al fin de cuentas, es lo fundamental del humor.
Esta obra donde Gustavo Ott canta con admiración las hazañas de dos heroínas de la cosmetología y el éxito comercial nos sumerge en una trama de guerra desde principio  a fin. Guerra entre las dos rivales, guerra mundial, nazismo, holocausto, guerra comercial; pero en el centro de todo está la guerra donde no se aniquila el cuerpo de la gente, sino, peor aún, donde se aniquila el alma con el cañón comercial de la publicidad. Una obra
donde al autor pone en evidencia no sólo su valía como manejador de situaciones dramáticas sino también como cuidadoso investigador que nada en aguas profundas para pescar anécdotas y privacidades de las dos más grandes figuras de la cosmetología, la publicidad y la belleza: Helena Rubinstein y Elizabeth Arden.
Sobre estos dos personajes se teje la obra,  la historia de sus vidas, muy semejantes; sus éxitos y fracasos, sus fortunas imperiales, sus manías; pero sobre todo sus rivalidades y desencuentros.
La primera impresión que se percibe es la sobriedad del escenario: un par de puertas y un par de alfombras ocupan el espacio actoral para demarcar una línea axial vacía que separa a la una de la otra, ya ancianas, ambas en silla de rueda, declarando su pasado que es al mismo tiempo presente y futuro. Unos cuantos cubos blancos que serán puestos en lugares estratégicos, a conveniencia, son el complemento de todo lo necesario para que cuatro actrices nos sumerjan en la magia del relato: Verónica Arellano como Helena Rubinstein atrapa la atención del espectador  aún antes de pronunciar su primer parlamento, bástale dejar quietas sus manos e incorporarse en su silla para que la anciana se convierta en la madame elegante de movimientos gráciles y juveniles. Valeria Castillo interpreta magníficamente a Elizabeth Arden y las otras dos actrices: Irabé Seguías y Mariana Alviárez cumplieron encantadoramente la serie de personajes que les fueron confiados en esta obra que el público portugueseño aplaudió con pasión.

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