miércoles, 15 de diciembre de 2010

La calle del infierno vista por Alberto Ojeda, critico teatral venezolano


Sin amistad, sexo y amor, no hay esperanzas.
La calle del Infierno
Alberto Ojeda



Quinta noche del Festival de Teatro de Occidente 2010, tercera jornada de funciones en el centro teatral “Herman Lejter” de la ciudad de Guanare.
La sala “Alberto Ravara” fue el espacio dispuesto el lunes 15 de noviembre a las 9.00 p.m. para la presentación del espectáculo “La calle del infierno” del grupo Afrodiartes, original de Antonio Onetti y con dirección de Verónica Arellano.
Siempre que asisto por primera vez a una función teatral determinada, empiezo por degustar lo evidente, la escenografía, un poco como plato de entrada para ese banquete extraordinario que es el teatro. Sin embargo, en esta ocasión lo evidente era… nada! Un escenario desnudo sobre el cual, tres excelentes actrices se lucen para deleite del público.
Tradicionalmente ha existido y muy particularmente en Venezuela, una discusión sobre el hacer teatro de arte o teatro comercial. La propuesta de Afrodiartes confirma mi teoría de que ambos pueden coexistir sin inconvenientes para beneficio del público.
Un texto fresco, cotidiano y bien estructurado se hace poesía con la propuesta escénica de la directora quien, bajo el concepto del vestuario escenográfico, recrea una historia tan de todos que muchas veces se ignora o se calla para seguir aparentando.
La vida, con sus alegrías y desventuras, es mostrada a través de tres personajes, tres “amigas” que comparten sueños, miedos, el trabajo y hasta el hombre. Algo ya muy común es nuestra sociedad actual tan globalizada y solitaria.
Dos traiciones por el precio de una y la decisión trágica de una mujer que no soporta ya algo mucho más cruel y doloroso que la traición de sus amigas: su propia traición. Porque nada duele más que reconocer las decisiones equivocadas asumidas como inevita-bles en la vida y peor aún descubrir que intentar engañarnos a noso-tros mismos es el equivalente a beber un veneno letal de efecto lento y doloroso.
Una sensacional comedia que llega a nuestro FTO para recordarnos el valor de la honestidad para con nosotros mismos y hacernos entender que sin amistad, amor y sexo, no hay esperanzas.


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