martes, 22 de febrero de 2011

EL TEATRO NECESARIO Por: Juan Rivas Integrante del colectivo “Comuna Teatro” Comunicador social

Estimados camaradas, remito el presente artículo a los fines de generar una reposada reflexión en torno a un tema vital como lo es la conciencia revolucionaria, básico en la coyuntura actual del proceso político venezolano, y la necesaria solides ideológica de la militancia del partido y aliados, pero más allá, en el propio pueblo de quien depende la posible realización constructiva del socialismo. Para tal condición, se hace exigente la conjugación de diversos factores que coadyuvaría o, al menos, contribuirían al logro de la urgencia planteada. Esos factores en mención están en el campo de la cultura, la cual debe asumirse desde una concepción holística. Significa todo el hacer humano, las creencias y paradigmas, lo que se elabora con las ideas y se edifica con las manos. De ese vasto territorio del accionar cultural humano, tenemos algunas áreas delimitadas del acontecer creativo como son las manifestaciones artísticas, en todas sus disciplinas y categorías. Sustraigo en esta oportunidad el teatro de manera particular, por ser una actividad que ejerzo como oficio y que además es una profesión, aunque en el capitalismo generalmente se le subestima y porque no decirlo, también en sectores autodenominados progresistas.
El teatro al servicio de la pedagogía y generadora de conciencia individual y colectiva, así como al estimulo del pensamiento crítico.

EL TEATRO NECESARIO

El teatro es y debe ser acto de estimulo para la conciencia individual y colectiva. Debe apuntar al encendido del pensamiento crítico, capaz de irrumpir en la quietud sumisa de los atrapados en sí mismos, por la acción externa circunstante, deliberadamente provocados por el sistema liberal-burgués que aún persiste.
Para quienes hagan teatro, no deben existir zonas neutras ni eclécticas. Este medio de expresión cultural, igual a las demás manifestaciones artísticas, es un instrumento para la liberación mental de los alienados por la propaganda de avasallamiento de los mass media. Constituye una vía para la soltura espiritual. “Ser cultos para ser libres”, decía José Martí.
En el terreno de la lucha revolucionaria se hace imprescindible tener claro que se sirve a la emancipación contra el sistema oprobioso del capitalismo, por tanto, el uso de las armas a favor, deben ir dirigidas al alcance del objetivo liberador. Y el teatro es un medio para tal fin. Con sus diversas formas y contenidos, con sus particularidades estéticas y propuestas del lenguaje.
Hubo quienes vivieron del teatro, sin aportar esfuerzo y voluntad a la trasformación social. Hoy alguno(a)s de ello(a)s que adoptan poses de neutrales, otros se identifican con el bando contrario de la lucha y tenemos también a los que venden sus espectáculos, participan en eventos, asumen posturas en pro del proceso y estando a solas se olvidan. Y es lógico porque no es su lucha. Su lucha es otra. Siguen bajo el influjo neoliberal de trabajo y capital. Siguen en la vanidad farandulera con las que fueron instruidos y pretenden seguir atados a los privilegios de siempre, a través de una figura mutante izquierdoso y de recital jadeante en el discurso.
Los que de verdad estamos ubicados con honestidad en las filas del teatro, inmersos en una praxis batalladora, con real vocación en el oficio y servicio, debemos emplearnos a fondo y con vehemencia a la acción solidaria del trabajo comunitario, con emociones sinceras, amor e interés por el logro de una sociedad mejor, humana y socialista. Decía también Federico García Lorca que el artista debía hundir sus rodillas en el fango junto a su pueblo y vivir sus calamidades, construir con éste la felicidad y libertad. Hay que trabajar con beligerancia en la realidad de los territorios cognitivos de nuestros hermanos venezolanos, hacerlo desde una perspectiva de creatividad dialéctica que dinamice la transición hacia las metas transformadoras. Con el teatro podemos y debemos impulsar el desarrollo cabal del hombre y la mujer en sí mismos. Despejar los caminos que permitan el tránsito hacia un estado de libertad donde pueda la humanidad potenciar el desarrollo del poder creador.

BERTOLD BRECHT en “Loa al comunismo”
Es razonable, cualquiera lo entiende. Es fácil.
Tú no eres ningún explotador, puedes comprenderlo.
Es bueno para ti, entérate.
Los necios lo llaman necio, y los sucios la llaman sucio.
Pero está contra la suciedad y la tontería.
Los explotadores lo llaman un crimen.
Pero sabemos que:
es el fin de los crímenes
No es ninguna locura, sino  el fin de la locura.
No es el caos, sino el orden.
Es lo sencillo.
Tan difícil de hacer.

 Juan Ribas
Juanrivas07@gmail.com

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